"¿Dolor? Ja! ¡No me hagas reír!
Aunque en este momento no podría reír, ni siquiera toda la brujería de este mundo pueden parar las lagrimas. ¿Que es mejor, dejar morir o matar tu misma a algo condenado?
¿Que me importaban los mundos enjoyados? los diamantes y rubíes...y los sueños, ¡oh si! los sueños...
Siempre ofrecéis sueños, siempre el mismo sueño, que acaba en pesadilla de terror al descubrir la ausencia...ese fue el sueño que me ofreciste.
Nunca tuve esperanza, nunca pensé en el "podría ser" o en un "saldremos adelante". Siempre supe de antemano las cartas con las que jugaba, y las apuestas que hacia.
Los sueños y las promesas, los malditos sueños fueron lo que acabaron con una relación que no dio tiempo a empezar.
No quiero tus sueños, ni siquiera el recuerdo de ellos, por enésima vez me hiciste daño y por primera yo te abandono. Y, aunque el dolor me atenaza, haciéndome presa del recuerdo de tu abrazo, el orgullo me impide continuar. Guárdate el tacto de tus dedos y el sabor de tus palabras. Guarda los sueños en una caja de nácar o arrojalos al mar carmesí, eso ya me tiene sin cuidado.
Esta noche, solo por esta noche vierto lagrimas, solo por esta noche seria capaz de cambiar lo sucedido y arrepentirme, solo por esta noche volvería a caer en tus brazos.
Pero "ya" es un "demasiado tarde" y ya no hay vuelta atrás. Mañana sera otro día. Esta noche probare el sabor de estas lagrimas por ultima vez, entonando este Rubaiyat:
Yo misma cerré la puerta
que siempre mantuve abierta,
del pecado,
y libre de aparcerías
y de infieles compañías
he quedado.
Y después de mi castigo
sólo me quedó un Amigo
para amar:
A Él puedo sin opresiones
mis más puras ideaciones
revelar.
Por su saber infinito,
definir no necesito
lo que es y lo que pasó:
Él de mí todo lo sabe,
y de nuestro amor la clave
sólo leemos Él y yo."
Aunque en este momento no podría reír, ni siquiera toda la brujería de este mundo pueden parar las lagrimas. ¿Que es mejor, dejar morir o matar tu misma a algo condenado?
¿Que me importaban los mundos enjoyados? los diamantes y rubíes...y los sueños, ¡oh si! los sueños...
Siempre ofrecéis sueños, siempre el mismo sueño, que acaba en pesadilla de terror al descubrir la ausencia...ese fue el sueño que me ofreciste.
Nunca tuve esperanza, nunca pensé en el "podría ser" o en un "saldremos adelante". Siempre supe de antemano las cartas con las que jugaba, y las apuestas que hacia.
Los sueños y las promesas, los malditos sueños fueron lo que acabaron con una relación que no dio tiempo a empezar.
No quiero tus sueños, ni siquiera el recuerdo de ellos, por enésima vez me hiciste daño y por primera yo te abandono. Y, aunque el dolor me atenaza, haciéndome presa del recuerdo de tu abrazo, el orgullo me impide continuar. Guárdate el tacto de tus dedos y el sabor de tus palabras. Guarda los sueños en una caja de nácar o arrojalos al mar carmesí, eso ya me tiene sin cuidado.
Esta noche, solo por esta noche vierto lagrimas, solo por esta noche seria capaz de cambiar lo sucedido y arrepentirme, solo por esta noche volvería a caer en tus brazos.
Pero "ya" es un "demasiado tarde" y ya no hay vuelta atrás. Mañana sera otro día. Esta noche probare el sabor de estas lagrimas por ultima vez, entonando este Rubaiyat:
Yo misma cerré la puerta
que siempre mantuve abierta,
del pecado,
y libre de aparcerías
y de infieles compañías
he quedado.
Y después de mi castigo
sólo me quedó un Amigo
para amar:
A Él puedo sin opresiones
mis más puras ideaciones
revelar.
Por su saber infinito,
definir no necesito
lo que es y lo que pasó:
Él de mí todo lo sabe,
y de nuestro amor la clave
sólo leemos Él y yo."
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